lunes, 12 de noviembre de 2018

Balcones colgantes o colgados

          Calle Tomás Castellano, paralela al paseo de la Independencia. Las tres primera fotografías son de noviembre de 2017; las restantes, de noviembre de 2018.
 




          Que esté en la calle trasera de una vía principal y no sea la fachada de acceso no es justificación para afear la pared de ese modo: aparatos de aire acondicionado desperdigados sin orden ni concierto y balcones añadidos, con rejas que parecen pensadas para que los gatos no se lancen tras las aves, y todo para poner unas macetas. Espero que sean más resistentes de lo que parecen. 



La parte inferior me recuerda, salvando la distancia estética, a las casas colgadas de Cuenca y a las colgantes o voladas de Tarazona.

Son una espada de Damocles para los coches del garaje.

Sin duda las mascotas se entretendrían viendo pasar desde ahí a los visitantes de la Cripta de Santa Engracia y a los clientes del hotel cercano.

Los cables tampoco ayudan estéticamente.

La vista a través de las rejas carcelarias debe de ser un poco claustrofóbico-depresiva.

¡No habré pasado yo tiempo en esta papelería de la planta calle!
La cámara de seguridad que hay al lado del garaje es de Correos.



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