Visceralidad

          La escultura “Mujer de bronce” es obra de Carlos Pérez de Albéniz Navarro (1991) y está situada en la plaza Eras. Fue un encargo del Ayuntamiento que costó más de 4 millones y medio de pesetas.

          No pongo en duda el mérito del autor, sé que es cosa mía, pero no me gusta nada. Al preparar las fotos, de enero de 2014, me invade la misma sensación que tuve la primera vez que la vi. Me ofende en todos los sentidos: ético, estético y hasta sinestésico. Me horrorizaría levantarme por la mañana, mirar por la ventana y ver eso.

          Además, lo siento mucho por los vecinos, porque el grueso pedestal de 6 metros de altura empequeñece la plaza. Afortunadamente, los magnolios y demás árboles lo ocultan desde algunos ángulos.

Esos sí son hombros de nadadora y lo demás son tonterías.

Placa supuestamente identificativa:

          Sobre el enigmático nombre del monumento, se lee en las Fichas de arte público (p. 124):

El 10 de agosto de 1990, los arquitectos Luis Félix Arranz y Siro Sierra, del Estudio de Arquitectura Urbana (EAU), manifiestan por escrito que sea el escultor Carlos Pérez de Albéniz el encargado de ejecutar la obra escultórica incluida en el proyecto urbanístico “Plaza de las Eras”. Su interés lo fundamentan en “la decisiva participación de Pérez de Albéniz en la concepción del proyecto, al que en su momento aportó ilusión y valiosas ideas”. Dicho proyecto del estudio de arquitectos se había presentado a concurso bajo el lema “Agustín sabe cómo se llama ella, CREUSA”. El 27 de noviembre de 1990, la Comisión de Gobierno del Ayuntamiento aprobó el proyecto técnico relativo a las obras de: “Escultura Plaza de las Eras” y adjudicó a Carlos Pérez de Albéniz y a Villaguz, S.A., respectivamente, la ejecución artística y la fundición (...).

          Quizá, una vez aprobado, se pensó que no había lugar para alusiones mitológicas y era mejor duplicar el misterio: las identidades de la señora y del tal Agustín.

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