viernes, 12 de abril de 2019

El hombre del gallo

Traducción libérrima del alemán, de su apellido. Fotos de esta semana.

Samuel Hahnemann.



          Personalmente, yo no le hubiera dedicado un monumento a este germano que nació un año antes que Mozart. Creo que si ahora levantara la cabeza, en el famoso cementerio francés, y siguiera con su intención de mejorar la medicina, seguramente rechazaría sus ideas anteriores y se sumaría a la ciencia actual, o quizá no si viera el gran negocio que ha generado su ideario y recibiera parte del beneficio económico. Sería interesante ver qué lado gana.
 

El collar jaguayano se debe a que un día antes se celebró su nacimiento.


           Puestos a hacerle un recordatorio, lo más apropiado y coherente hubiera sido esculpirle un busto de un milímetro cúbico (o alguna medida de nanopartículas) y sumergirlo en el estanque central del Acuario Fluvial, bien sujeto para impedir que los peces de fondo (esos que se alimentan del suelo) se lo coman y lo escupan una y otra vez. Claro que en 1993 no existía dicho edificio, pero seguro que había algún depósito de agua o alguna piscina de grandes dimensiones.
 


 

          De cualquier modo me alegro de que no lo pusieran enfrente del Paraninfo, Antigua Facultad de Medicina, como inicialmente pretendían. Está mejor en la calle Domingo Miral, cerca del antiguo Cuartel Palafox y de la Policía Local.
 

De espaldas al Campus.




Más información sobre la obra de Alberto Pagnussatt y su creación, en Zaragoza y Escultura urbana.

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