miércoles, 10 de diciembre de 2014

Cenicero arqueológico



Imagen del mes pasado


          No es sorprendente que algunos viandantes del Paseo de la Independencia utilicen el relieve del arrabal musulmán como cenicero, especialmente cuando llueve, que así se apaga mejor el pitillo. No lo es cuando “los responsables” no se ha molestado mucho en proteger el patrimonio representado en él, excepto por una capa geotextil que, al parecer, consigue que unos restos de adobe enterrados (cubiertos, descubiertos y vueltos a cubrir) a un metro de profundidad soporten toneladas tranviarias y de tráfico. No sorprende cuando cada fase de construcción de dicho medio de transporte (que nos ha incomunicado más gracias a la paralela eliminación de líneas de autobuses) se inició sin control arqueológico por expertos.

          No sorprende cuando la idea inicial era edificar un aparcamiento subterráneo en el Paseo de la Independencia. Quizá se trataba de eso: no me dejáis hacer mi obra, ergo destruyo vuestras antiguallas y al final me salgo con la mía porque la próxima vez que se levante esta vía, los hallazgos estarán tan triturados, que además del parquin se podrá construir un metro.

        Qué se puede esperar si ya destrozaron el corazón arqueológico de nuestra ciudad para poder dejar el coche cerquita del Pilar. ¿Qué tienen de malo los aparcamientos de superficie con varias plantas? Esto me recuerda al situado en la margen izquierda, junto al Puente de Santiago (abajo: imagen de enero de 2014), que existe porque nadie se atreve a excavar y toparse con los miles de cadáveres tifoideos de la guerra contra los franceses: ya encontraron algunos durante la construcción del puente y la asociación de Los Sitios está al acecho para poder investigar meticulosamente.


 



        Sería genial que “los responsables” aseguraran y dieran prioridad al estudio y a la conservación (aunque fuera en otro lugar) de nuestro patrimonio; así recibiríamos más visitas y más interesantes que las de los “turistas pilaristas”. Pero para eso se necesita cierto sentimiento patrio no casposo, en el sentido de afecto, salvaguardia y desarrollo de lo propio. El patrimonio histórico es rentable, como la protección de la naturaleza, pero será que a algunos no les permite brillar y enriquecerse al corto plazo que desean.

        Recomiendo una visita al Museo Provincial para ver el mapa de hallazgos arqueológicos (abajo: foto sobrescrita de noviembre de 2013). ¿No es curioso que en el mismo espacio donde se construyó el anfiteatro romano, siglos después se levantaran los cines Don Quijote y Cervantes?



          Lo que da de sí una simple colilla y el pertinaz cierzo que agita las neuronas este diciembre.

· · ·

No hay comentarios:

Publicar un comentario