Visita
guiada a la Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena tras su
última rehabilitación. Junio de 2019.
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Subiendo por torre. Fotos sin flash, como se aprecia en la poca calidad |
Esta
visita no me dejó un buen sabor de boca. Fui con el grupo de
Agraluz, que nos organizó perfectamente, pero la guía del Alma
Mater Museum no parecía tener recursos para su cometido.
Cuando
entró nuestro grupo, el anterior todavía estaba en el interior de
la iglesia, de modo que las explicaciones de la otra guía impedían
oír las de la nuestra, cuya potencia diafragmática era bastante
inferior. Vamos, que no la oíamos. Además no supo contestar a
algunas preguntas lógicas del grupo.
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La puerta de la izquierda es el acceso al centro de la torre,
que se compone de una sala en cada planta. Es similar a la estructura de
la torre de San Pablo (modelo de alminar almohade): una torre dentro
de otra. |
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Interior de esa sala |
Le
comenté a la coordinadora de la asociación que nuestro grupo podría
ver la torre mientras la otra guía terminaba sus explicaciones en la
iglesia, para no solaparnos, pero ella era sólo otra visitante más
y no podía hacer nada.
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Parece una aspillera |
Cuando
finalmente llegó el momento de subir a la torre, la guía insistió
repetidamente en que eran 155 peldaños hasta arriba, que eran muchos
e incómodos.
Como la mayor parte de mi grupo era gente jubilada y
alguna con calzado poco cómodo, nos quedamos muy pocos para la
“durísima escalada”. Claramente la cicerone quería desanimarnos e impedir la subida. Cualquiera diría
que le obligaban a sustituir a Virgilio en la muestra de los infiernos
subterráneos.
El
resto es la historia de siempre en todas las torres: se sube y se
baja en un santiamén, no da tiempo a hacer fotos con tranquilidad,
además como no suele estar permitido el flash y mi cámara es cutre,
el resultado es penoso, me pierdo las explicaciones porque estoy en
otra parte fotografiando, etc.
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En la izquierda, otra sala interior rodeada por la escalera |
Nunca
entenderé las prisas que les entran a los guías por escapar cuando
antes de las torres y cómo se explayan innecesariamente en el
interior de las iglesias. Éstas se pueden visitar en cualquier
momento y la información está en libros y en internet, mientras que
a las torres no es tan fácil acceder.
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Me gustan mucho estas bóvedas |
Además,
la construcción interior de las torres es muy interesante y sus
vistas son impresionantes, pero la única manera de poder
disfrutarlas es hacer fotografías y mirarlas en casa para poder
detenerse en los detalles, que se pierden en la visita relámpago.
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Al fondo, el Pilar |
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Gruesos muros de ladrillo |
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Al fondo, la torre del Convento de San Agustín, actual Centro
de Historias de Zaragoza |
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Detalle |
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Techo de la planta con ventanas geminadas. La visita concluye
aquí y no sigue en la planta superior de la torre. |
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Abajo, a la derecha, la calle Mayor |
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Una de las campanas |
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Otra |
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Escalera de caracol, acceso a la planta superior |
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Al fondo, de nuevo el Convento de San Agustín, actual Centro de
Historias de Zaragoza |
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Detalle |
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Vista norte: la zona verde del centro es la ribera del Ebro; el
edificio gris de la derecha en la mitad inferior es el IES Pedro de
Luna. |
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Seguimos en sentido contrario a las agujas del reloj. Abajo a la
izquierda, la plaza Ignacio Jordán de Asso y la casa-palacio de
Campi. En el centro de la imagen, la torre de la Iglesia de San
Nicolás, diluida entre edificios. |
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Detalle |
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Vista noroeste |
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La misma imagen |
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Detalle del Pilar y de la Seo |
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Abajo, la calle Mayor |
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La misma imagen |
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Sólo desde las alturas se pueden apreciar muchas cupulitas y
pináculos que desde pie de calle pasan desapercibidas o no se ven
claramente. Veo el chapitel de San Felipe, que perteneció a la Torre
Nueva, y pienso en lo bien que quedaría dicha torre en esta
panorámica (si no estuviera el horrible rascacielos de la plaza
Santo Domingo al lado de la torre de San Pablo).
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La misma imagen |
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Vista oeste. ¡Cuántos edificios destacables en poco espacio!
Si tiraran el rascacielos de la plaza Salamero, tanto las vistas de
altura como las de acera ganarían. La Adriática es el primer
rascacielos de la ciudad y el único que me gusta. La elevación gris
del hotel no tiene nombre. En este edificio de Ibercaja de la calle
San Jorge estuvo temporalmente la sede del Justicia hace décadas. |
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La belleza de algunos edificios, como el de Ibercaja, se aprecia
mejor en vista de alzado, planta y perfil, y desde una torre.
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Las casas con azotea me sugieren dos pensamientos-sentimientos:
envidia sana imaginando lo genial que debe de ser tener una y
contrariedad recordando algunos casos en los que la lluvia se
filtraba por no estar lo suficientemente aisladas. |
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A la izquierda, los edificios anteriores |
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Qué
complicado es fotografiar con las rejas antipalomas
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Personalmente, tampoco me desagradaría que trasladaran la iglesia
neogótica de Nolasco y terminaran de excavar el Teatro Romano |
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¿Acaso no vale la pena estar en las torres más de cinco
minutos para observar la ciudad y los alrededores? |
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Vista suroeste en la que destaca la Iglesia de San Carlos y la
cúpula del Seminario |
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Detalle |
Otras
perspectivas
desde las alturas en: