Flânerie de una mañana de
octubre de 2016 por el paseo de Echegaray.
Luego dicen que los dueños de
los perros no son cívicos: esta papelera lleva años destrozada, pero los
usuarios siguen depositando a su lado las bolsas de los excrementos de sus cánidos.
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Vista general. |
No veo la utilidad de hacer
accesible este tramo de la ribera del Ebro cuando ambas márgenes lo son casi en
su totalidad, especialmente la izquierda, y casi nunca pasea nadie por aquí (a
no ser que tenga perro). Además, no resulta de interés turístico, todo lo
contrario, este artefacto afea la zona y los árboles no permiten que sea un
buen mirador del río.
Algunos preferirían que el Ebro a su paso por Zaragoza fuera
como el Sena en París: un canal donde se pudiera pasear y tomar el sol, pero
sin árboles y casi sin aves (salvo algunas gaviotas). Yo preferiría que algunos
tramos siguieran siendo un lugar de hábitat y de refugio para la fauna
ribereña, inaccesibles para la gente.
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