En 2014 el Ayuntamiento
decidió poner gradas, con una capacidad de 1.300 plazas, con el objetivo de mejorar
la visión de las ofrendas de las Fiestas del Pilar. Para poder acceder a ellas,
había que hacer una reserva de 3.50 euros en cierto banco. Si se adquirían en
el momento del festejo, el precio era de 3 euros tanto el asiento en la grada
como la silla a pie de calle. El día de la Ofrenda de Frutos todas las
localidades costaban 1 ebro (así lo
he escuchado más de una vez y me encanta).
Imágenes de la Ofrenda de
Frutos de 2014
Normalmente emborrono todas las caras (creo que es ilegal fotografiar a gente sin su permiso), pero en este caso no tengo paciencia |
Si se hubieran limitado a 1 ebro, la gente se hubiera animado y quizá podrían haber subido el importe unos años después, cuando su uso se hubiera convertido en una costumbre; pero pretender que las gradas fueran rentables el primer año, no fue muy inteligente. Igual que no fue práctico el hecho de tener sólo dos opciones de compra y que una de ellas fuera a través de la web y los cajeros de un banco. No todo el mundo tiene cuenta en tal banco ni edad/habilidad para reservar en dichos formatos. Vamos, que da mucha pereza y tira para atrás. Si los tiquets se hubieran vendido también donde repartían los programas de fiestas gratuitos, hubiera sido más cómodo para todos y problablemente las gradas se hubieran llenado.
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