El
cerebro rellena huecos, como bien saben las personas que han
corregido pruebas de imprenta ajenas y las que han comprobado las
propias; es decir, completa los textos con información que no está
pero que, a su juicio, es imprescindible. Así que no es raro que
esta errata haya pasado desapercibida para muchos.
El letrero lleva años así, en la avenida de Madrid, n.º 8. |
Dice
mucho y no bueno de los responsables de la empresa y de la calidad de
ésta (la cual desconozco). Dudo que estén buscando correctores y que sea un truco de mercadotecnia para atraerlos. Yo le cambiaría el nombre al negocio por ¡Anda,
anda!
Las
fotos son de este mes.
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