Dada la subida desorbitada de
las hortalizas este invierno (gracias a los simpáticos intermediarios, con la
excusa del frío), estoy pensando en hacerme un huertecico yo también junto al
Ebro, el Huerva o el Gállego.
Considerando lo que podría cosechar antes de las
crecidas y lo que me ahorraría en riego, impuestos, control sanitario, etc.,
creo que sería una buena ayuda para mi paupérrima economía.
¿Qué pasaría luego? Pues que
llegarían otros y harían lo mismo. Entonces, alguno de mis vecinos consideraría
que mi terrenito es mejor que el suyo, destrozaría mi cultivo, me amenazaría e
incluso me agrediría y me lo quitaría con ayuda de amigos o familiares suyos.
Después haría lo propio con las parcelitas de los demás o les obligaría a pagar
un tributo por dejarles continuar.
¿Exagero? ¿Seguro? La
corrupción y la ilegalidad no siempre comienzan con grandes obras.
Flânerie de noviembre de
2016 por la Pasarela del Voluntariado.
Ver Huelto ulbano 1.
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