Es una lástima que todos los
esfuerzos de los vecinos no sirvieran para salvar este cedro del Líbano situado
entre las
calles San Juan de la Peña y Marqués de la Cadena. Lo recuerdo vivo e imponente.
Pero de momento tampoco se han cumplido los deseos urbanísticos de quienes iban
a talarlo: construir pisos y un hotel. Qué
falta de respeto hay en mañilandia hacia los árboles centenarios. Cada vez
quedan menos de los catalogados como singulares.
¿Era necesario esto? |
Con flash |
Ahora que ya no está vallado, supongo que son los mismos vecinos quienes se
han llevado la corteza para perfumar y eliminar
bichos de sus armarios, o para ayudar a aliviar los síntomas de enfermedades
respiratorias y urinarias (dicen que ésas son sus propiedades).
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Ver cómo estaba en julio de
2009 (ya seco) y otras fotos similares, aunque no iguales, también de diciembre de
2015, en Cedro del Líbano.
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