Algunos envases abiertos
durante las noches de los fines de semana se emancipan y cobran vida propia a
la mañana siguiente, y así podemos verlos, entre nosotros, en los lugares más
variopintos con actitudes a veces muy humanas.
Imágenes de este año.
-Balcón de San Lázaro. Un
domingo de agosto:
Cerveza: -¡Tía, escóndete!
Que vienen los de la K
Agua: -¿Eh?
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Agua: -¿Y si nos damos un chapuzón?
Cerveza: -Tú flipas, tía. Ven aquí.
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-Madreselva en el muro de
contención del Actur. Un domingo de septiembre:
Botella: -Venga, no estoy
para jugar al escondite.
Tapón: -¡Jejeje!
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-Plaza de Santa Cruz. Un
sábado de septiembre:
Botella: -¿Qué, nos hacemos
un cubalibre?
Lata: -No me lo digas dos
veces.
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-Parque de La Aljafería. Un
sábado de septiembre:
-¡Qué sed! Estoy seca. |
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-Botellón turístico y
vandálico junto al Club Náutico. Un sábado de octubre, antes de los Pilares:
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-Junto al Puente de
Santiago. Otro sábado de octubre. Éstos, procedentes de la
carpa ternasquil, están donde deben, aunque se les queda pequeño:
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-No es de un fin de semana,
sino del día del Pilar, pero las fiestas son como un sábado continuo. En la escultura de Gargallo
“El pastor del águila”, en la c/ Antonio Candalija, junto a la calle Alfonso:
Algunos bebés ya prometen para
futuras entradas de este blog.
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-En la Administración de
Hacienda, junto a la Estación del Norte. Un domingo de octubre:
-¡Chicos, no me dejéis solo! Tengo miedo. |
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-Paseo de Echegaray. El
mismo día:
-Miradme, soy una piragua. |
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-Pero no sólo hay envases
desorientados. Un jueves de julio pudo verse esto en el paseo de María Agustín:
-Soy el indigente invisible. No molestes y déjame dormir. |
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